LA IRA DE DIOS

LA IRA DE DIOS
Por el pastor Thomas Smith
el 11 de junio 
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia detienen la verdad;" Romanos 1:18.
    A algunos les resulta difícil reconciliar el amor de Dios con su enojo e ira. Ven a Dios como compasivo y amable, pero luchan por comprender la ira de Dios. Estamos reconfortados y seguros en la confianza de que Dios realmente nos ama como ningún mortal, pero eso no significa que no esté enojado por el pecado. Hay muchos en nuestro mundo que prefieren a un Dios que los ama, pero rechazan a un Dios que los juzgaría. Es este tipo de visión pervertida lo que lleva a los padres a decir que aman a sus hijos y no los corregirán.

    Independientemente de las opiniones de los hombres, hay mucha evidencia de que el Dios de la Biblia es un Dios de ira. En los días de Noé, Dios destruyó la población del mundo debido a la maldad del hombre. El diluvio fue una demostración de la ira de Dios. De manera similar, Dios hizo llover fuego y azufre en las ciudades de Sodoma y Gomorra debido a su ira. Hay muchos ejemplos de la ira de Dios que se encuentran en las páginas de las Escrituras. De acuerdo con la Palabra de Dios pura, llega un día en que la ira de Dios se derramará sobre esta tierra de una manera que nunca se ha visto antes. La Biblia se refiere a esto como un momento de gran tribulación, y tendrá lugar en la tierra después de que los salvos sean atrapados para estar con el Señor en el aire. “Porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” (Apocalipsis 6:17). Después de este período de ira y juicio sin precedentes, aquellos que no son salvos, junto con el diablo y sus ángeles, pasarán la eternidad en el lago de fuego experimentando la medida completa de la ira de Dios.

    Dios es verdaderamente un Dios de misericordia y amor, pero también es un Dios de ira. Aquellos que rechazan la salvación de Dios a través de la gracia, algún día experimentarán su gran ira. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36).

    Como hijos de Dios, conocemos su corrección amorosa y su castigo, pero nunca enfrentaremos su horrible ira. Gracias a Dios por su gran amor que envió a Jesús a morir por los pecadores en la cruel cruz del Calvario. Si no fuera por Su misericordia y perdón, algún día experimentaríamos Su ira. Al igual que Juan el Bautista, debemos advertir a otros que huyan de la ira venidera.