DIOS ES CELOSO
Por el Pastor Thomas Smith el 17 de junio "Porque no adorarás a dios ajeno; pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es." Éxodo 34:14 Dios quiere nuestro amor para sí mismo. No tolera a los rivales cuando se trata de nuestra devoción. Israel fue culpable de adorar a otros dioses en el Antiguo Testamento, y ellos "lo provocaron a celo con sus esculturas." (Salmo 78:58). Estas personas no eran un pueblo hasta que Dios los llamó a Sí mismo. Dios le dio a Israel una identidad, un propósito, un lugar de vivienda y una relación peculiar con Él mismo. Le pertenecían a Él como ninguna otra persona, y Él estaba celoso de su afecto. Jesús nos ama y nos compró con su propia sangre. Él es perfectamente justo en exigir nuestra completa devoción. Pablo usó un lenguaje similar con la iglesia en Corinto, donde la iglesia se presenta como una novia prometida para Jesús. "Porque os celo con celo de Dios; porque os he desposado a un esposo, para presentaros [como] una virgen pura a Cristo." (II Corintios 11:2). Esta imagen de una novia que espera el día de la boda debería ayudarnos a comprender mejor la fidelidad que Dios espera de sus hijos. Dios es celoso. Nada debe interponerse entre nuestras almas y el Salvador. Hay fuerzas fuera y dentro de las cuales compiten por nuestro afecto. El mundo y las cosas del mundo son atractivos para la carne. Santiago llamó a los que se hicieron amigos del mundo, adúlteros y adúlteras. Dios está celoso de sus hijos. Amar al mundo es considerado adulterio espiritual. Dios describe la importancia de nuestra fidelidad a Él en este término para ayudarnos a comprender cuán serio es Él acerca de nuestro amor. Él está celoso de nosotros. Esto debería hacer que apreciemos su ferviente devoción por nosotros y que reconozcamos la importancia de mantener nuestro amor por Él fuerte e incuestionable. Muchas cosas pueden distraer nuestro amor por él. Los pasatiempos, la búsqueda del placer o la riqueza, las amistades e incluso la familia pueden competir por el afecto que Él desea y merece. Dios está celoso de nuestra confianza y dependencia de él. Él no quiere que confiemos en el brazo de la carne o en la sabiduría humana. Él está celoso de nuestra comunión y compañerismo, queriendo ser nuestro mejor amigo. Dios está completamente comprometido con nosotros, y nunca tendremos razones para cuestionar su lealtad o amor. Por lo tanto, está celoso de esperar que estemos totalmente comprometidos con él. DIOS ES JUSTO
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